jueves, 9 de abril de 2020

...

Fueron sus ojos negros como la noche y

sus manos en mi cintura,

los que cautivaron mi ser.

Fueron sus dulces labios

los que poco a poco fueron arrastrandome a el.

Fue su sonrisa,

en la que me pude detener.

Fue su espiritu de amante,

el que me atajo a quedarme alli.

Fue su sexo,

el que se quedo en mi existir.